Si las empresas ya habían perdido la «marca» debido a que hay muchísimas más conversaciones hablando de ellas en las redes sociales, blogs y webs de las que ellas puedan crear, lo siguiente que van a perder es el control sobre su reputación.
La reputación está de moda, y adquiere un valor clave en la forma en la que consumimos productos y servicios. Hay miles de ejemplos, pero vayamos a los más cercanos:
- Las «reviews» u opiniones de los usuarios sobre los productos que podemos ver en cualquier eCommerce (Amazon.com) o web de recomendaciones (ciao.es).
- La valoración del servicio que nos presta un taxista (mytaxi.com), una persona que nos alquila su piso (airbnb.com),…
- Nuestra propia reputación social, que mide nuestra capacidad de influenciar en internet (klout.com o karmacrazy.com).
Las empresas y las personas ya no son lo que dicen que son, sino lo que otros dicen y opinan sobre ellos.